Thursday, November 30, 2006

Los primeros aviones caza Sukhoi a punto de llegar a Caracas


Dentro de poco Venezuela recibirá los primeros dos cazas multipropósito Su-30MK2, informaron las fuentes en el sector aeronáutico ruso.

El contrato contempla el envío a este país latinoamericano de 24 aparatos fabricados en la planta aeronáutica de Komsomolsk del Amur.
"Los primeros dos cazas llegaron a Moscú a bordo del avión An-124 y desde la capital rusa continuarán el viaje a Venezuela", precisaron las fuentes.

Wednesday, November 29, 2006

La ONU califica de arbitraria la detención de Sadam Hussein y colaboradores

Prensa Latina
Mientras el Tribunal Penal Supremo iraquí dio inicio hoy aquí al segundo juicio contra el ex presidente Sadam Hussein y seis de sus colaboradores, un grupo de trabajo de la ONU calificó de arbitraria su detención.
Este segundo proceso comenzó el pasado agosto y tanto el ex mandatario como sus antiguos asistentes son acusados de genocidio por la presunta matanza de decenas de kurdos en Al Anfal, en la década de los 80.
La causa se reinició este lunes y el tribunal escucha las declaraciones de testigos, para luego dar paso a las consideraciones de expertos.
En tanto, el grupo de trabajo de la ONU sobre detenciones arbitrarias consideró que el gobierno del primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, se abstenga de cumplir la sentencia a muerte dictada contra Husein y dos de sus seguidores a principios de mes.
El pasado 5 de noviembre el ex presidente, su hermanastro Barzan Tikriti y el extitular del Tribunal de la Revolución, Awad Hamad Al Bandar, fueron condenados a la horca por el supuesto de estar implicados en los sucesos de Dujail, donde murieron 148 iraquíes.
Los hechos tuvieron lugar después de que un grupo de hombres armados atacaron a tiros en ese lugar la caravana en la que viajaba el entonces gobernante.
Después de estudiar las circunstancias en que se dictó la sentencia a muerte, el grupo de trabajo de la ONU determinó "falta de observancia de los estándares internacionales", lo cual fue difundido hoy en Ginebra en un comunicado.
De acuerdo con la nota, los expertos detectaron numerosos errores en el proceso y determinaron arbitraria su detención, además de violar el Convenio Internacional de Derechos Políticos y Civiles, del que Estados Unidos e Iraq son signatarios.
Entre las faltas cometidas se señalan la imparcialidad del tribunal, la limitante de tiempo para prepararse de manera adecuada la defensa y las restricciones que tanto abogados como testigos tuvieron para asistir a las secciones del juzgado.
Durante los largos meses que duró el juicio varios de los juristas defensores murieron y otros renunciaron por las presiones a que fueron sometidos, en tanto, numerosos testigos salieron del país.
Desde un primer momento Sadam Husein y sus colaboradores calificaron de ilegal el proceso al considerar que tenía lugar bajo la ocupación del país por una fuerza militar extranjera.
El comunicado presentado por el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos insta al gobierno iraquí y al mando de ocupación estadounidense a respetar las normas internacionales, o recomienda que un tribunal internacional asuma el juicio.

Bolivia tiene dirigentes cívicos, prefectos y hasta parlamentarios latifundistas

Edgar Ramos Andrade
Rebelión
En el fragor del debate mediatizado de "líderes de opinión pública" Bolivia apareció, como pocos países con varias autoridades legislativas y ejecutivas así como con dirigentes sociales (los denominados "cívicos" y los agro-empresarios) cuya característica común es su condición de latifundistas que, al parecer no quieren perder privilegios de dudoso origen, según reportan informes oficiales.Senadores cuya responsabilidad política y estatal es legislar (en este caso el uso de la tierra) o prefectos que deben hacer cumplir la ley en sus regiones, aparecen como juez y parte en el debate por la ley de tierras, que tiene en ascuas al Parlamento y al gobierno. No se quedan atrás los "dirigentes cívicos" o los agro-empresarios que generan opinión social urbana concentrada (en el primer anillo de la ciudad de Santa Cruz, o el centro histórico de Tarija, pero no más allá).El informe entregado a la prensa señala que legisladores como Walter Guiteras, beniano del ultra conservador Podemos, tiene 49.051 hectáreas. Su colega Miguel Majluf (MNR del Beni) 5.468 Has. El prefecto (gobernador) de Beni por Podemos, Ernesto Suárez Sattori tiene 1.105 Has. El presidente del Comité Cívico cruceño Germán Antelo tiene en "proceso de saneamiento" una propiedad de 4.993 Has. A su vez Zvonko Matkovic, ex presidente de la Cámara de Industria y Comercio (Cainco) y ex prefecto de Santa Cruz por ADN, cuenta con dos propiedades agrarias, una de ellas con 267 Has. La familia de otro empresario y ex canciller de Gonzalo Sánchez de Lozada, Carlos Saavedra Bruno, tiene 10 predios por un total de 17.298 Has.El informe gubernamental añade que Bolivia tiene 109 millones de hectáreas; de ellas 65 millones de hectáreas son productivas y 59 millones fueron distribuidas a un grupo de poder que gozó de privilegios políticos en años anteriores. Dicho grupo tiene amplio respaldo en las redes mediáticas y círculos de intelectuales y "formadores de opinión". Pero el mayor apoyo está en las "brigadas" de la Nación Camba (liderizados por el ex ministro del MIR Carlos Dabdoub), la Unión Juvenil Cruceñista (grupo paramilitar que ya agredió a campesinos y diputados marchistas en octubre 2003 y junio 2005). Esto contradice el lema: "Es ley del cruceño la hospitalidad". Los representantes de este grupo de poder tuvieron una rabiosa reacción ante la media aprobación parlamentaria de la nueva ley de tierras (INRA) y del reglamento de la Asamblea Constituyente. Esa reacción fue un paro en 4 departamentos (Tarija, Beni, Pando y Santa Cruz) y una marcha empresarial (con tractores y vehículos de lujo) hace pocos días. Esa actitud fue coronada con una agresión al propio presidente Evo Morales, en el inseguro departamento de Santa Cruz cuyo prefecto es Rubén Costas, ex presidente del Comité Cívico cruceño.Santa Cruz parece haberse convertido en el último reducto de los grupos oligárquicos de poder, como lo fueron en su momento Tupiza (con la familia Aramayo), Sucre (con los industriales mineros) o La Paz-Cochabamba con los barones del estaño, porque en el actual debate político-parlamentario no se habla de la tierra como recuso natural y bien público, sino como objeto de usufructo dudosamente habido.Es más, no se habla de cómo se adquirió la tierra sino de cómo "sanearla" y, en lo posible tardando mucho: En 10 años solo se saneó el 46 por ciento de la tierra, por la falta de voluntad de los seis sucesivos gobiernos --Sánchez de Lozada, Banzer, Quiroga, Sánchez de Lozada, Carlos Mesa y Eduardo Rodríguez.Por ello, prefectos, legisladores ultra conservadores, y dirigentes cívico-agro-empresariales parecen jugarse su última carta. Evo Morales y su gestión comenzaron a "sanear" el acceso a la tierra, controlar el reparto de miles de millones de dólares por venta del gas recientemente nacionalizado y a refundar el país en la Asamblea Constituyente. La sexta marcha de indígenas, convergente de varias regiones y que está en las puertas de La Paz, parece tener razón: Es la única forma de hacer funcionar, realmente, a los poderes públicos.(*) Edgar Ramos Andrade. Comunicador UNLP-Argentina. Investigador y activista social. Autor de los libros "aGONIa y Rebelión social" e "Inclusión y Dignidad Indígena".

Rusia debe seguir siendo una fuerte potencia nuclear

por Sergei Kortunov*
Pese a que se ha reducido al mínimo la probabilidad de guerras y conflictos militares entre los mayores Estados del mundo, de momento no se observa una reducción radical del papel que en su política desempeña el arma nuclear.
Lo evidencian la nueva doctrina nuclear de EE.UU., la disminución del umbral de empleo del arma nuclear, lo que genera la amenaza de una escalada incontrolada. A ello contribuyen asimismo la sucesiva proliferación de las armas de destrucción masiva y de sus vectores, así como la creciente inestabilidad regional.
En vista de ello, Rusia simplemente no tiene otra opción que seguir siendo en una perspectiva visible una fuerte potencia nuclear.
A nuestro modo de ver, en función del cariz que tome la evolución de la situación político-militar en el mundo, hacia 2012, las fuerzas estratégicas nucleares de Rusia deberían disponer de:
unos 600 misiles con base en tierra;
10 ó 12 submarinos estratégicos;
50 bombarderos estratégicos capaces de portar armas nucleares y convencionales;
de 1.000 a 1.200 cargas nucleares en misiles balísticos intercontinentales (ICBM) y misiles balísticos lanzados desde submarinos (SLBM).
Semejante configuración de nuestras fuerzas estratégicas contribuiría a mantener relaciones estratégicas especiales con Estados Unidos y haría políticamente ponderable el papel ejercido por Rusia en la palestra internacional. De todas formas hemos concertado con EE.UU. el Tratado de reducción de armamento estratégico, documento jurídicamente vinculante, que refrenda los compromisos de las partes de seguir reduciendo los armamentos estratégicos ofensivos hasta 1.700-2.200 cargas durante 10 años.
Pero no es un tratado comprehensivo que estipule reducciones irreversibles y controlables de los armamentos estratégicos, en el que originariamente insistía Rusia. Además, a pesar de las reiteradas aseveraciones sobre el carácter limitado de la defensa antibalística norteamericana (capaz de interceptar tan sólo varias decenas de misiles) en proceso de desarrollo, Washington se ha negado a refrendar estas limitaciones.
Así las cosas, el Tratado de reducción de armamento estratégico no recoge nuestras exigencias de principio sobre el carácter irreversible y controlable de las reducciones y, además, no estipula limitaciones para la cobertura de la defensa antibalística. Hablando en rigor, no es un tratado de desarme y ni siquiera de reducción del arma nuclear, sino tan sólo de la disminución del nivel de la adaptabilidad operacional de los armamentos estratégicos ofensivos. En realidad, Estados Unidos no reduce los vectores estratégicos ni las cargas nucleares que pueden portar. Esto significa que en cualquier momento Washington podrá incrementar hasta el nivel anterior sus armamentos estratégicos. Nosotros, en cambio, tomando en consideración las características de nuestros armamentos estratégicos ofensivos, los plazos de su vida útil, la desintegración del sistema anterior de cooperación entre los productores de armamentos y varios otros factores, nos vemos obligados a reducir realmente nuestros armamentos estratégicos ofensivos, siendo de señalar que son bastante fuertes los gastos económicos en que incurrimos al eliminarlos y reciclarlos.
Desde que Rusia no tiene otro camino a seguir que el de cumplir el Tratado de reducción de armamento estratégico. Pero paralelamente es imprescindible ir modificando la política nuclear nacional. Hemos de estar conscientes de que EE.UU., sobre todo en vista de la creación en un futuro no muy lejano de la defensa antibalística y en caso de que nuestra política nuclear no sea enmendada en el sentido arriba mencionado, obtendría superioridad estratégica absoluta a escala mundial.
Por lo que a las negociaciones con EE.UU. se refiere, en la medida de lo posible hay que continuarlas. A tales efectos se podría proponer comenzar a elaborar conjuntamente los métodos de minimizar los riesgos objetivamente generados la situación actual de disuasión nuclear recíproca. Ello no obstante, dada la actual actitud de la Administración de George Bush hacia el control bilateral y multilateral sobre los armamentos nucleares, no cabe confiar en el logro de tales acuerdos.
En esta tesitura cabe analizar la conveniencia de reanudar el diseño de medios capaces de contrarrestar con eficacia la defensa antibalística norteamericana con vistas tanto a burlarla como neutralizarla. El desarrollo de "ojivas de guiado independiente y de trayectoria impredecible para el adversario potencial", a lo que se refería el Presidente ruso Vladimir Putin en su Mensaje a la Asamblea Federal, no es suficiente ni mucho menos, porque tales ojivas fueron diseñadas todavía en la época soviética. Importa elaborar todo un entramado de medidas de protección activa y pasiva de las Fuerzas Estratégicas Nucleares de Rusia. Según apreciaciones, es la vía más económica.
Las reducciones sucesivas de los armamentos estratégicos se realizarán, en el mejor caso, a través de medidas paralelas unilaterales o, posiblemente, sin afinación recíproca, o sea, a tenor con la conveniencia tecnológica y económica que cada parte definiría por cuenta propia, sin sostener consultas algunas con la otra. Tamaña situación de veras significa el fin del control clásico de los armamentos al que se han habituado no sólo los políticos, diplomáticos y militares de carrera sino también la opinión pública mundial.
EL PUNTO DE VISTA DEL AUTOR NO COINCIDIRÁ NECESARIAMENTE CON EL DE LA REDACCIÓN.
Sergei KortunovPresidente del Comité de planificación de la política exterior.

Tuesday, November 28, 2006

La estrategia nuclear de Rusia ha de ser modificada

por Sergei Kortunov*
Pasados tres meses después del S-11, el Departamento de Estado de EE.UU. notificó al Ministerio de Asuntos Exteriores de la Federación Rusa sobre el propósito de retirarse del Tratado de Defensa Antibalística de 1972.
Pasado medio año, el Tratado fue dejado sin efecto.
La reacción de Moscú a este paso fue muy apática. Ningún alto dirigente de Rusia explicó en aquella ocasión nuestra visión del futuro control internacional de las armas nucleares que a raíz de las acciones unilaterales de EE.UU. se sometía a una rauda erosión.
El 26 de mayo de 2002, los presidentes de Rusia y de EE.UU. firmaron un documento bastante extraño: el Tratado de reducción de armamento estratégico. Las personas versadas en la seguridad nacional se dieron cuenta de que el control bilateral y, posiblemente, el multilateral también, sobre las armas nucleares pasaron a la historia. Semejante evolución de los sucesos imponía la necesidad de transición a la estrategia nuclear nacional independiente.
Hoy, lo mismo que hace cuatro años, no cabe duda de que la Administración USA no se propone limitarse a cualesquiera tratados de limitación y reducción de armamentos. En la política militar de Estados Unidos se operan cambios importantes por motivos más hondos que la necesidad de combatir el terrorismo internacional. Hace mucho que se echaron al olvido los Tratados START-2 y de Prohibición Universal de Ensayos Nucleares, no ratificados por EE.UU. Creció drásticamente (casi en $100.000 millones) el presupuesto del Pentágono. Se adoptó nueva doctrina nuclear que estipulaba la modernización de las armas estratégicas ofensivas, el desarrollo de municiones nucleares penetrantes de poca potencia que pueden emplearse junto con armas convencionales de alta precisión, así como admitía la posibilidad de empleo del arma nuclear contra Estados no nucleares.
Según apreciaciones de varios expertos rusos, los cambios en la política militar de Washington no encierran amenaza inmediata para la seguridad nacional de Rusia por lo menos para los próximos 10 ó 15 años, mientras EE.UU. no despliegue el sistema estratégico de defensa antibalística.
Pero estos cambios, ante todo, la anulación del Tratado de Defensa Antibalística, ponen en tela de juicio el régimen internacional de control de armamentos, pudiendo provocar una nueva etapa de la carrera armamentista.
Evidentemente, las medidas emprendidas por EE.UU. han de catalogarse entre las estratégicas y, por lo tanto, exigen que Rusia adopte decisiones estratégicas respecto a su propia política nuclear. Los atentados terroristas de descomunales proporciones y las amenazas cambiantes conducen, a juzgar por la nueva doctrina nuclear de EE.UU., a rebajar el umbral de empleo del arma nuclear, lo que genera la amenaza de una escalada incontrolada. A ello contribuyen asimismo la sucesiva proliferación de las armas de destrucción masiva y de sus vectores, así como la creciente inestabilidad regional.
El rasgo característico del período actual consiste en lo impredecible del desarrollo de la situación político-militar en el mundo. EE.UU. sigue modernizando sus fuerzas nucleares y mantienen la posibilidad de incrementarlas rápidamente. El tema de concertar con Rusia nuevos acuerdos vinculantes y controlables sobre las reducciones irreversibles de las armas estratégicas ofensivas de hecho está retirado del orden del día.
Las tecnologías desarrolladas por EE.UU., así como los resultados de las pruebas al natural de algunos componentes del sistema de defensa antibalística de este país evidencian que ya en una perspectiva a plazo mediano Washington podría poner en servicio operacional un sistema antibalístico limitado cuyo potencial seguiría creciendo.
En vista de ello, Rusia simplemente no tiene otra opción que seguir siendo en una perspectiva visible (por lo menos, en los 15 ó 20 años próximos) una fuerte potencia nuclear. Los planes de desarrollo de las Fuerzas de Disuasión Nuclear de Rusia, vigentes hasta no hace mucho, estaban orientados, de un lado, a la entrada en vigor del Tratado START-2 y al mantenimiento de la vigencia del de la Defensa Antibalística; de otro, a la transformación de las FDN rusas una tríada parecida al modelo norteamericano que suponía incrementar los componentes naval y aéreo disminuyendo paralelamente los misiles balísticos intercontinentales con base en tierra.
Dada la nueva situación estratégica, resulta imprescindible revisar sin demora los planes rusos relacionados con el desarrollo de las FDN, prorrogando al máximo los plazos de servicio operacional de los misiles balísticos intercontinentales con base en tierra, manteniendo la planeada composición del componente naval, así como del aéreo, capaz de cumplir misiones tanto nucleares como convencionales. Sería injustificado, tanto desde la óptica militar como económica, mantener vigentes los viejos planes que se elaboraban para una situación muy diferente.
Es de suponer que las respectivas enmiendas ya fueron introducidas en la estrategia nuclear nacional. La tonalidad segura del Mensaje del Presidente a la Asamblea Federal da fundamentos para hacer semejantes conjeturas.
El punto de vista del autor no coincidirá necesariamente con el de la redacción.
Sergei KortunovPresidente del Comité de planificación de la política exterior

Un pueblo en marcha

Antonio Peredo Leigue
Rebelión
Este domingo 26 de diciembre, llegaron a La Paz demandando la aprobación de la nueva ley de distribución de tierras. Una cuarta, que viene desde Santa Cruz y es la más numerosa, llegará el martes 28 para reafirmar esa exigencia a la que se oponen los representantes de la derecha que tienen exiguas minorías en la Asamblea Constituyente y en el Congreso Nacional. Estos últimos, amparados en una campaña mediática claramente alineada con esa tendencia, pretenden restituir un modelo que les favoreció desde siempre y que, ahora, se derrumba sin alternativas.
El tema central que provoca la actitud de los grupos de poder, es la dotación de tierras. Con el pretexto de exigir garantías para sus propiedades, en las que cultivan productos agro-industriales y otros crían ganado vacuno, se oponen a la fiscalización del Estado. Aducen que, una inspección bianual que verifique el mantenimiento de la producción, provocará inestabilidad perjudicial para gestionar crédito bancario; piden entre cinco y siete años. Pero hay más: los ganaderos tienen una dotación de cinco hectáreas por unidad vacuna y quieren quince. En otros términos, si cambian los términos de la ley, que sea a favor de ellos, sin importar la situación de los campesinos pobres.
Los prefectos (autoridades departamentales, elegidas por primera vez en diciembre pasado, al mismo tiempo que el presidente Evo Morales), rehúsan cualquier tipo de control. Quieren mantenerse fuera de la fiscalización del Congreso Nacional, poder ante el que deben rendir cuentas todas las instituciones del Estado boliviano.
La alharaca respecto a los dos tercios para la aprobación de cada artículo de la nueva Constitución Política del Estado, disfraza sus verdaderas intenciones.
Marcha sostenida
En 10 meses de gobierno, el presidente Morales, después de asentar el aparato de Estado remecido por la victoria de diciembre, ha cumplido con los anuncios de su programa: convocar a elecciones para la Asamblea Constituyente e instalarla en agosto; recuperar la propiedad de los hidrocarburos y firmar nuevos contratos con todas las empresas que los explotan; anular los gastos reservados y suntuarios, reducir los haberes de las máximas autoridades y eliminar partidas innecesarias; aumentar el salario mínimo, crear miles de ítems para educación y salud y darle sostenibilidad a los planes de empleo mínimo.
El programa “Juancito Pinto” de ayuda a los estudiantes de ciclo básico que ha obviado el trámite bancario y puesto al ejército en contacto directo con los hogares humildes, tiene resultados extraordinarios. Los tiene también, y con mayor significación económica y social, la solución dada al luctuoso conflicto que se dio en Huanuni a principios de este mes: más de tres mil cooperativistas fueron incorporados a las planillas de la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL), iniciando la recuperación de una minería controlada por el Estado, al servicio del pueblo.
Pero es en el proceso de restablecimiento de la soberanía, que ha tenido su mayor triunfo el gobierno de Evo Morales. Está conduciendo una política internacional de gran proyección. Desde la iniciación de un nuevo tipo de relaciones con Chile, pasando por la creación del Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP), hasta el impulso a la creación de la Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN), convocan a una nueva relación con todas las naciones del mundo. Está ocurriendo con la misma Casa Blanca, a la que se le ha propuesto otras condiciones de relación sobre la base de propuestas hechas por el gobierno de La Paz y acordadas con Washington. Después de años de sometimiento y humillación, la respetabilidad de Bolivia es de un valor incalculable.
La contramarcha ventajista
Las elecciones de diciembre pasado, fueron un corte aguas definido. Toda la campaña de la derecha, encabezada por el ex presidente Jorge “Tuto” Quiroga, se centró en las encuestas que vaticinaban, demostrando su parcialización, un virtual empate entre el MAS de Evo Morales y PODEMOS de “Tuto”. De paso, quería mostrarse un país profundamente dividido, que no tenía credibilidad; un campo de batalla que el neoliberalismo se encargaría de rastrillar, para un garantizado y mejor saqueo de nuestros recursos. El empate sería dirimido por el tercer postulante, Unidad Nacional (UN) de Samuel Doria Medina, que se aliaría con el segundo.
Los resultados desmintieron esa imagen de empate y enfrentamiento: 54% para el MAS, 28% a PODEMOS y apenas 7% de UN. Nunca, desde 1978, un candidato a presidente había logrado acercarse a la mitad más uno que exige la Constitución, para ser proclamado directamente ganador. La cena de gala que había preparado Tuto en un hotel de cinco estrellas, se enfrió a tono con su desesperación. Las almas compasivas cuentan que no pudo contener las lágrimas aquella noche del 18 de diciembre.
Sin embargo, la oposición sacó ventaja en el Senado Nacional, que se conforma con igual número de senadores por cada departamento, sin considerar la población. De esa ventaja se aprovechó para poner obstáculos a las principales realizaciones del gobierno, manejando una campaña de distracción que acompaña con entusiasmo, la mayor parte de los medios de comunicación.
Un ejemplo basta: un tratado de cooperación militar con Venezuela fue manipulado en forma artera, mostrándolo como un potenciamiento de las fuerzas armadas nacionales, lo que iba a constituir un grave peligro para los países vecinos. Estos reaccionaron como esperaba la derecha y el convenio está detenido en el Senado, donde los parlamentarios de PODEMOS, UN y MNR suman la mayoría. Lo que el tratado establece es la construcción de viviendas y oficinas fronterizas que otorguen condiciones habitables para la tropa acantonada en las zonas limítrofes. Otros temas se refieren a intercambio de tecnología, entrenamiento conjunto, cooperación en caso de emergencia, como en otros acuerdos militares firmados con países vecinos y lejanos.
El negocio en las puertas
La aplicación de la nueva ley de hidrocarburos y la reglamentación establecida en el decreto del 1 de mayo de este año, aumentó considerablemente los ingresos del Estado boliviano. Buena parte de esos fondos debe distribuirse entre las prefecturas, municipios y universidades públicas. Por supuesto, la oposición está sumamente complicada.
Sin siquiera meditar, una parlamentaria de PODEMOS, conocida por su superficialidad, presentó un recurso de inconstitucionalidad contra el decreto reglamentario. Cuando se hizo público el caso, avergonzados debieron retirar el recurso, pero allí quedó la constancia de su incompetencia para gobernar el país.
Luego de entregar a las prefecturas, cuotas superiores a sus cálculos por su participación en el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH), se los instó a invertir. Hubo que mostrarles que, tanto éstas como las alcaldías municipales y hasta las universidades públicas, tenían depósitos que no condecían con sus anteriores reclamos de falta de medios. Recién para el año próximo tienen planes de gasto; de gasto, no de inversión.
Para controlar esos ingresos, el gobierno envió un proyecto de ley que establece las formas de fiscalización. Inmediatamente lo incorporaron es su agenda de oposición, aduciendo que se trata de censurarlos para obligarlos a renunciar. Como se trata de una ley interpretativa de la Constitución, debe aprobarse por dos tercios en cada cámara. Pero, en este caso, no tiene importancia el tema de los dos tercios.
El negocio es acumular un capital importante en las prefecturas, para disponer construcciones con altos beneficios para las empresas y, por supuesto, retribuciones a quienes otorgan los contratos. De eso hubo mucho en toda la historia pasada y aún confían a la bonanza en todo el país. Si no lo logran, les queda la “media luna” que quieren retener a toda costa.
La cuestión de los dos tercios
La Asamblea Constituyente instalada el 6 de agosto pasado, sigue aún discutiendo los artículos de su reglamento de debates. El punto central en que se ha prolongado la discusión, es la forma en que se aprobará el texto constitucional. Según la convocatoria a la asamblea, el texto debe aprobarse por dos tercios. La oposición fuerza la interpretación para sostener que, cada artículo y en todas las instancias, debe aprobarse por ese sistema. El MAS ha demostrado que ese método es inviable, y lo que corresponde es que, el texto completo sea considerado al final del proceso y votado por dos tercios.
Hay varios niveles de diálogo entre el gobernante MAS y los grupos opositores. En todos los casos, lo que se muestra es el propósito de hacer prevalecer la opinión de la minoría en que se ha convertido la oposición. En el Congreso Nacional: MAS 84, oposición 73; Asamblea Constituyente: MAS 142, oposición 113. La postura de exigir votación por dos tercios, es pedir que la mayoría se someta a la minoría.
Avanzamos, pese a todo
Los obstáculos que se presentan son cotidianos. Los hay de diversa índole: algunos provienen de las organizaciones sociales impacientes por la larga espera de atención a sus demandas y otros son orquestados por la derecha decidida incluso a quebrar el país, si ello contribuye a sus intereses. Por supuesto que hay gobiernos interesados en azuzar esta confrontación, siguiendo a pie juntillas el dicho: a río revuelto, ganancia de pescadores.
Unos y otros se equivocan. Se equivocan aún si lograran su propósito porque nadie ganaría en tal situación.
Pero las marchas campesinas están llegando a La Paz. Vienen del Alto Beni. Vienen del altiplano. Vienen, principalmente desde los llanos orientales. Es el pueblo que está mostrando su unidad. Es un pueblo decidido, por fin, a salir adelante. Nadie va a detenerlo.

Un sistema mortífero que se rige por el principio del embudo

Oleg Borovskij
Pravda
Traducido del ruso para Rebelión por Josafat S. Comín
El año pasado en Rusia se produjeron 60 mil suicidios, 30 mil asesinatos, 40 mil fallecidos en accidentes, 36 mil envenenados por alcohol adulterado, 70 mil personas desaparecieron (todo esto son las cifras oficiales, las perdidas reales podrían superarlas en mucho). Esto significa, para que nos hagamos una idea, que una ciudad como Chejov, pongamos por caso, se hubiese suicidado, que todo Yubileinyi hubiese sido asesinado, que Dedovsk hubiese sufrido un accidente mortal, que toda Scherbinka desapareciese por culpa del alcohol y que Dolgoprudnyi estuviese en paradero desconocido.
Pero ¿y dónde está entonces la noble indignación de la opinión pública en relación con los frutos de las “reformas”? Nadie mueve un dedo, ni dice esta boca es mía. Nos hemos acostumbrado a su “magnanimidad”, a que Rusia se esté muriendo, feneciendo, a que desaparezca un millón de personas al año.
Recordemos como comparación, que en los años de la Primera guerra mundial los turcos, según distintas fuentes, acabaron con entre millón y medio y tres millones de armenios. Este genocidio entró en la historia como un episodio vergonzoso, y Turquía sigue teniendo problemas en la arena internacional por este tema.
En Rusia, durante la Guerra Civil, que se nos muestra ahora por los historiadores antisoviéticos como una salvaje carnicería, murieron alrededor de 5 millones de personas. El holocausto organizado por Hitler se llevó la vida de 6 millones de judíos, que siguen siendo llorados por la opinión pública mundial. Pol Pot en Camboya asesinó a 2 millones de compatriotas, por lo que fue maldecido por los siglos de los siglos por esa misma opinión pública.
La Rusia actual está cumpliendo la “tasa de Pol Pot” en un par de años. Ya hemos superado varios holocaustos y guerras civiles devastadoras, solo que en tiempos de paz y en un país con ricas tierras productivas e inagotables almacenes en su subsuelo. Pero el holocausto ruso no es historia, continúa día a día. Y nadie de esa denominada “opinión pública” ha derramado ni una triste lágrima.
Más aún, siguen empeñados a través de la televisión y la prensa desvergonzada en tirarnos arena a los ojos, para hacernos ver que esto es normal, natural, que no hay que buscar culpables. Y muchos creen en esta mentira descarada. El horror de nuestra situación se agrava cuando muchos, por no decir la mayoría de los rusos, no se dan cuenta de lo que están haciendo con ellos, igual que a los gatitos recién nacidos, los ahogan en un cubo de agua, sin oponer la mínima resistencia a los que están matando al país y a su pueblo, a marchas forzadas.
Además, cuando es absolutamente evidente que han sido los dirigentes de este país, desde Gorbachov hasta Putin, los culpables de esta catástrofe en la que está sumida Rusia. Lógicamente ellos no se consideran a si mismos culpables. El espíritu de la mentira y la hipocresía es tan fuerte, que una parte considerable de la población participa en este horrendo espectáculo, respaldando el curso suicida del gobierno.
Ya hemos dejado atrás el otoño. Pronto llegarán los fríos. ¡El invierno ruso! En una Rusia con 5 millones de gentes sin hogar y 3 millones de niños viviendo en la calle. Cada invierno, solo en Moscú mueren de frío 800 indigentes. Cuantos mueren al año sigue siendo un misterio.
La pérdida no es perceptible: el gobierno con su política caníbal, se encarga de reemplazar rápidamente a los que abandonan este mundo, arrojando por la borda de la vida a nuevos desechos de la sociedad.
El sistema que han desarrollado funciona siguiendo el principio del embudo: hacia abajo, cuanto quieran, hacia arriba ni pensarlo.
No pretendo dramatizar. Todo lo que digo lo se de primera mano, puesto que yo mismo soy un parado, sin casa, un vagabundo. Prefiero callarme muchas cosas terribles y salvajes que se dan en nuestra existencia miserable, para no escandalizar al lector. Basta que se pasee por la superficie del problema.
Todo esto no interesa en absoluto a los defensores de los derechos humanos, como no interesaba a Politkovskaya (que en paz descanse), más afligida por los “hermanos silvestres” chechenos, que degollaban a la población rusa y enterraba a rehenes en fosas, cortándoles los dedos con el fin de acelerar el pago del rescate. Sólo les interesa aquello que les de pie para arrojar un nuevo cubo de basura sobre su país, al que han puesto al borde de la desaparición, y sobre su pueblo, al que tanto odian.
Oleg Borovskij es ciudadano ruso, sin lugar de residencia conocido.

Monday, November 27, 2006

La ultraderecha apedrea caravana presidencial en Santa Cruz

Bolpress
De la resistencia civil pacífica a la acción directa. Esa parece ser la consigna de los sectores más conservadores de la sociedad cruceña, que hoy hostigaron con violencia al Presidente Evo Morales y le obligaron literalmente a escapar del aula magna de la Universidad Gabriel René Moreno en Santa Cruz.
Morales llegó a la casa de estudios superiores de la capital cruceña invitado por las autoridades universitarias, y mientras discurseaba en el aula repleta de docentes, estudiantes y otros invitados, un grupo de jóvenes de la ultraderechista Unión Juvenil Cruceñista, el grupo de choque del Comité Cívico empresarial, golpeaba las ventanas del recinto desde fuera coreando las consignas como "autonomía, autonomía...", "dos tercios, dos tercios" y algunos insultos contra el Primer Mandatario.
Morales se vio obligado a interrumpir su discurso y salir apresuradamente. Ya en el campus universitario, la caravana oficial fue apedreada, y las fuerzas de seguridad tuvieron que dispersar a la muchedumbre con elementos químicos.
El hecho sucedió pocas horas después de que la Asamblea de la Cruceñidad convocara a la resistencia civil contra las medidas gubernamentales. El empresariado oriental, los latifundistas y políticos de derecha convocaron a los departamentos de la "media luna" a combatir al gobierno con huelgas de hambre, movilizaciones y hasta con el cierre de válvulas en los campos gasíferos y petroleros.
La derecha está en pie de guerra porque la mayoría oficialista en el Congreso aprobó una ley agraria que dispone la expropiación de latifundios improductivos, porque el MAS impuso en la Asamblea Constituyente la probación de articulados por mayoría y no por dos tercios de votos para evitar que las minorías políticas obstaculicen la redacción de una nueva Carta Magna, y porque en Ejecutivo pretende fiscalizar a los gobiernos departamentales en el Congreso y eventualmente destituir a Prefectos.
Las seis prefecturas hostiles al gobierno conformaron un bloque para combatir las medidas de la denominada "revolución cultural" del MAS, en el que interactúan cívicos, representantes de Podemos, UN y MNR, y lo más selecto de la burguesía nacional. Este grupo se reunirá el lunes en Cochabamba, donde se podría declarar una "huelga general indefinida" en los departamentos de la "media luna", es decir en Pando, Beni, Santa Cruz y Tarija.
Los benianos determinaron hoy replegar a sus representantes en el Congreso y recolectar firmas para un referéndum que acepte o rechace una Constitución Política del Estado aprobada por el oficialismo.
En La Paz, la derecha en pleno impidió la instalación de la 18ava sesión de Congreso Nacional que debía tratar el permiso para el Presidente Evo Morales, que viajará al norte de Europa en busca de inversiones. La oposición replegó a sus representantes congresales en protesta por el "avasallamiento que sufren en la Asamblea Constituyente y por la falta de acuerdo para modificar la ley INRA".
Anoche en la Asamblea de la Cruceñidad se escucharon furibundos discursos antigubernamentales, después de que el Ejecutivo publicó una lista de 15 familias del oriente -en la que figuran ex políticos, parlamentarios y empresarios- que poseen más de 350 mil hectáreas de tierra en Santa Cruz y Beni.
Representantes de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) dijeron estar al límite de la paciencia por los constantes insultos del Primer Mandatario. "Santa Cruz cada vez que asume una decisión cívica, el gobierno siempre trata de minimizarlo. Lamentablemente el gobierno no tiene seriedad, no se trata de publicar listas en los periódicos ni dar conferencias de prensas. Si esas listas corresponden a personas que no están haciendo uso adecuado de la tierra deben ser sancionados, pero que lo hagan. Pero no se puede mostrar una listita y no hacer nada, eso sería una negligencia, eso se llama incapacidad", aseveró Mauricio Roca.
"¡Autonomía carajo! ‘¡Democracia carajo!", expresaron los empresarios en la Asamblea, mientras que algunos cívicos y asesores de la corriente autonomista como Carlos Dabdoub no tuvieron el menor reparo en amenazar con la "independencia" cruceña si es que el gobierno insiste en llevar adelante sus medidas sin concertar con la oposición derechista.
¿De la resistencia pacífica al alzamiento armado?
El movimiento autonomista de la "media luna" recalca que su plan de resistencia solo incluye medidas de presión pacíficas, como el ayuno indefinido que 20 mujeres del Comité Cívico pro Santa Cruz instalaron hoy en la capital oriental.
Sin embargo, la publicación Confidencial Digital de España denunció que hace algunas semanas grupos de mercenarios españoles fueron contactados por industriales, terratenientes y algunos políticos de los departamentos de Santa Cruz y Beni para desarrollar una "opción de fuerza" en Bolivia.
El medio de comunicación europeo pudo confirmar que no son "elucubraciones" las denuncias de golpe que lanza el gobierno insistentemente. Se habla de 650 combatientes, una decena de los cuales ya estaría en Bolivia para preparar la subversión con fusiles M4 americanos, Famae, Micro Uzis y máquinas para fuego de cobertura.
Los terratenientes ya estarían actuando por su cuenta para defender sus intereses. El presidente de la Comisión Especial de Asuntos Indígenas y Pueblos Originarios de la Cámara de Diputados Heriberto Lázaro Barcaya denunció que en la localidad de San Borja y comunidades aledañas los hacendados están avasallando a campesinos e indígenas pobres. "En el oriente boliviano, en el Beni, la Comisión encontró que hay muchos hermanos indígenas originarios que son del lugar y los que emigraron allí son explotados en el trabajo y avasallados en sus derechos, no tienen derecho a la educación a la salud porque en esas haciendas no hay escuelas ni centros de salud", dijo.
"No me asustan"
En San Julián, Santa Cruz, el Primer Mandatario acusó hoy a los latifundistas y sus expresiones políticas conservadoras de atentar contra la democracia y de ser los "pichones de la dictadura". Dijo que quienes ahora actúan contra la democracia son los mismos que en 2002 lo expulsaron del Congreso para llevarlo a la cárcel y así evitar su candidatura a la Presidencia.
"Igual voy a viajar compañeros para seguir buscando plata y traer tractores como aquí estamos trayendo en este momento. No me van a asustar, no nos van amedrentar", enfatizó Morales en San Julián, molesto porque el Congreso no autorizó sus viajes al exterior.
Evo comentó que los ricos van a la huelga de hambre sólo por estética y por tener más plata. "Me dicen ahí que hay algunos empresarios en huelga de hambre, pero no hacen la huelga por ética sino por estética. ¿Los empresarios en huelga qué quieren? Quieren más plata, más tierra, más empresas para ellos".
La huelga de los empresarios está mostrando que en Bolivia "hay un cambio, hay una revolución y que algunas familias defienden sus intereses. El retiro de algunos grupos oligárquicos del Senado es en defensa del latifundio. El latifundio es inconstitucional y lo que queremos como gobierno es instrumentos para acabar con el latifundio". El Poder Ejecutivo, asegura Evo, quiere terminar con el negocio de tierras, con aquellos predios que enriquecen incluso a extranjeros. "Hasta los banqueros españoles ya son terratenientes en Bolivia".
El Presidente no ocultó su molestia por el bloqueo opositor en el Senado, instancia que debe tratar la ley agraria antilatifundista. "Creo es importante pedir a la Asamblea Constituyente que la nueva Constitución Política del Estado no tenga senadores, para qué sirven senadores antipatrias, enemigos de Bolivia. Que haya una sola cámara", sugirió Morales.
Evo pidió a la gente que tiene plata y muchas tierras que por ética, por moral, renuncien a su latifundio pensando en los pobres de Bolivia. "Si ellos son solidarios, si ellos piensan en las mayorías nacionales, deberían de renunciar a sus tierras y de manera consciente distribuirlas", dijo.

Friday, November 03, 2006

Bolivia y la nacionalización de los hidrocarburos: ¡tantas cosas por aprender!

Alberto Montero Soler
Rebelión
Bolivia acaba de dar una lección de ejercicio de soberanía y se ha convertido en un ejemplo a seguir para otros países que, como él, se encuentran entre los más empobrecidos del mundo y, al mismo tiempo y como muchos de estos últimos, entre los que más riquezas naturales poseen.
Bolivia acaba de demostrar que, frente al poder de las transnacionales, puede y debe imponerse la razón de Estado, esto es, las políticas que promueven aquello que redunda en interés y utilidad de la república y sus ciudadanos. Y que esa razón de Estado es tanto más poderosa y más perentorio el recurso a la misma cuanto mayor es la miseria en la que viven esos pueblos mientras las transnacionales, en connivencia con gobernantes corruptos, expolian sus riquezas.
Bolivia acaba de poner en evidencia a todos los que piensan que los Estados y sus intereses no pueden ni deben estar por encima de las empresas transnacionales y sus beneficios; a todos los que la miraron con desprecio y profetizaron sobre la inviabilidad de un ultimátum destinado a modificar un estado de cosas tan injusto como sangrante; a todos los que pensaban que los pueblos pobres no tienen derecho a la dignidad y, mucho menos, a exigir de los demás un trato digno.
Bolivia acaba de demostrar que los derechos de propiedad, igual que los establece y garantiza el Estado, pueden ser revertidos por ese mismo Estado cuando atentan gravemente al interés general; que en una economía nada es intocable, que todo es alterable; que la economía no funciona con leyes naturales ni constituye un orden superior que puede imponerse sobre los ciudadanos y reclamar, desde allí, su intangibilidad.
Bolivia acaba de enseñar al mundo que voluntad política y respaldo popular son elementos suficientes para vencer las resistencias, las amenazas y los chantajes de las empresas transnacionales y de los gobiernos que, vergonzosamente, les ofrecen cobertura diplomática.
Y todo esto lo ha hecho Bolivia en menos de diez meses de gobierno de su primer dirigente indígena y frente a uno de los poderes difusos más importantes del planeta: la industria petrolera.
Repsol-YPF, España y Bolivia: crónica de un desencuentro permanente.
Todas esas lecciones las ha dado Bolivia a pesar del desprecio con el que desde el mundo desarrollado occidental y, en concreto, desde España se contempló el anuncio que el 1 de mayo realizó Evo Morales sobre el inicio del proceso de nacionalización de los hidrocarburos y el establecimiento de un plazo de 180 días para que las empresas transnacionales que operaban en el sector migraran sus contratos en vigor –generalmente, de riesgo compartido- hacia contratos de servicios.
¿Cómo se atrevían esos “indígenas” (por no utilizar algunas de las palabras malsonantes que por entonces se escucharon) a pensar que eso podía ser lo mejor para su país? ¿Cómo pretendían encontrar una salida a la pobreza sin la ayuda de las transnacionales que los expoliaban? ¿Cómo se planteaban que el camino al desarrollo podía pasar por los mismos cauces que los países más avanzados del planeta habían transitado muchas décadas atrás y que, ahora, desde su cómoda posición condenaban por intervencionistas?
Pues bien, la decisión se tomó; el ultimátum se planteó y, desde ese momento, la pelota quedaba en el tejado de las empresas transnacionales.
Una de ellas, Repsol-YPF, emprendía una furibunda campaña contra las legítimas intenciones del gobierno boliviano orquestada a través de los medios de comunicación que tan serviles se muestran a los intereses de quienes les aportan ingentes cantidades de dinero en publicidad. Y, lo que es más grave, respaldada por el propio gobierno español que no paró mientes en convertir en generales lo que no eran sino intereses particulares de una empresa transnacional cuyo capital es, para mayor vergüenza ajena, mayoritariamente extranjero.
La sucesión de desencuentros entre la empresa transnacional y el gobierno boliviano durante el periodo de 180 días que aquélla ha tenido para adaptarse a la nueva normativa boliviana acabó, en algunos casos, convirtiéndose en objeto de atención de la justicia boliviana. Y, sistemáticamente, cada vez que ésta intervenía se producía la reacción de las autoridades españolas cuestionando tanto su independencia como la existencia de una verdadera democracia en Bolivia. Para el recuerdo quedan, en este sentido, algunas memorables declaraciones del ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, de las que ya en su momento nos ocupamos.
Pero, al mismo tiempo y para que no todo fuera tensión, el ejecutivo español trataba de allanar el terreno con reiterados viajes y llamadas de diferentes ministros y altos cargos de su diplomacia en un intento por convencer al gobierno boliviano de que en España podía encontrar un aliado estratégico de primera línea y que todo ello pasaba por un tratamiento de favor para Repsol-YPF.
Mientras, ésta seguía en sus trece y amenazaba con retirarse de Bolivia y llevar el caso ante los tribunales de arbitraje internacionales; denunciaba la persecución judicial a la que, a su entender, estaba siendo sometida desde la Fiscalía boliviana; y, ya últimamente, su presidente, Antoni Brufau, reclamaba la ampliación del plazo para la negociación de los nuevos contratos.
De todo ello debe deducirse, por lo tanto, que Repsol-YPF tenía un elevado interés por continuar con su actividad en Bolivia; en caso contrario, habría bastado con que hubiera abandonado el país desde el momento en que se le informó de que iban a modificarse las condiciones bajo las que venía operando. Y, evidentemente, ese interés solo podía ser producto de que los beneficios que obtenía en Bolivia eran lo suficientemente importantes como para justificar sus actuaciones y, al mismo tiempo, implicar al gobierno español en la defensa de sus intereses.
El nuevo contexto del sector de hidrocarburos en Bolivia.
Pues bien, por fin el pasado 28 de octubre concluyó el plazo para la adaptación de los contratos de las transnacionales al decreto de nacionalización de los hidrocarburos y las 10 empresas del sector con presencia en Bolivia, incluidas las dos más importantes -Petrobras y Repsol-YPF-, decidieron acatarlo y cambiar sus contratos de riesgo compartido a contratos de prestación de servicios.
De esa forma, las transnacionales han perdido sus derechos de propiedad sobre los hidrocarburos en las distintas fases del proceso y han pasado a convertirse en meras operadoras al servicio de la empresa estatal Yacimientos Petroleros Fiscales Bolivianos (YPFB) a cambio de una retribución variable sobre los ingresos del negocio.
La distribución de la renta derivada de la explotación y venta de los hidrocarburos queda ahora de la siguiente forma: un 18% en concepto de regalías (es decir, el porcentaje de los ingresos que se paga al propietario del recurso por permitir su explotación); un 32% en concepto de Impuesto Directo de Hidrocarburos (IDH) –ambos impuestos ya existían desde 2005-; y a ellos se suma ahora un impuesto del 32% que deberán pagar aquellas empresas que operan en los grandes campos del país con producción superior a los 100 millones de pies cúbicos diarios certificada en 2005 (San Alberto y San Antonio; los otros grandes campos son Margarita, Itaú e Incahuasi); en el resto de campos -mucho menores, la mayor parte de carácter marginal y destinados a la producción de petróleo y gas para el mercado interno-, los impuestos se mantendrán en el 50%, esto es, regalías más IDH.
Evidentemente, son las empresas más importantes y con mayor presencia en el país (Petrobras, Repsol-YPF y TotalFinaElf) las que operan bajo la forma de consorcios en esos grandes campos y, por lo tanto, a las que corresponderá pagar un mayor porcentaje de impuestos; aunque también es cierto que el cálculo de esos impuestos es variable a lo largo del tiempo y dependerá de las condiciones de explotación, las inversiones efectuadas y los precios del gas.
En cualquier caso, las condiciones concretas pactadas en los contratos no se han hecho públicas aún porque deben ser remitidos al Congreso boliviano para que éste proceda a ratificarlos. Acto de ratificación que, por cierto, no había tenido lugar para los contratos con los que las transnacionales venían operando hasta estos momentos y que provocaba que carecieran de validez jurídica y fueran totalmente inconstitucionales, según sentencia del propio Tribunal Constitucional boliviano.
Hasta que se produzca la ratificación existirán incertidumbres sobre ciertas cuestiones importantes como pueden ser la propia duración de los contratos o el que las empresas puedan contabilizar como suyas las reservas probadas de los campos en los que opera; posibilidad que ha negado el ministro de Hidrocarburos, Carlos Villegas, contradiciendo las declaraciones del presidente de Petrobras.
También existen dudas sobre la posibilidad de que las empresas puedan recurrir a tribunales de arbitraje internacionales, si bien el mismo ministro ha afirmado que aquéllas han tenido que aceptar que La Paz sea la sede en la que se habrán de dirimir todos los procesos de arbitraje y que, por lo tanto, deberán someterse a la justicia boliviana. Esta circunstancia, de ser cierta, constituiría un importantísimo precedente y un ejemplo a seguir para todos los países en vías de desarrollo en sus negociaciones con este tipo de empresas habida cuenta de que una de las imposiciones más perversas a la que suelen recurrir las mismas es, precisamente, llevar al ámbito internacional de la justicia que “imparte” el Banco Mundial, sede del CIADI (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones), cualquier disputa con los países en los que se instalan.
En cualquier caso, de lo que no cabe duda es que los efectos sobre las arcas públicas bolivianas van a ser más que significativos. Si la introducción del IDH en 2005 provocó un aumento de los ingresos fiscales derivados de los hidrocarburos de unos 250 a unos 900 millones de dólares anuales, tan sólo para este año se espera que el monto se eleve, como consecuencia de la nueva legislación, hasta casi los 1.200 millones de dólares, triplicándose los ingresos procedentes de las petroleras. Es más, según el ministro Villegas, en una proyección que consideró conservadora, se estima que los ingresos del Estado boliviano por exportaciones de gas en los próximos 20 años podrían llegar a los 67.000 millones de dólares. De hecho, durante las próximas tres décadas, el Estado espera obtener, por término medio, un 70% del valor bruto de la renta petrolera mientras quedaría para las empresas el 30% restante.
Y de lo que tampoco cabe dudar, visto el desarrollo de los acontecimientos, es que, a pesar de las nuevas condiciones, los hidrocarburos bolivianos continúan siendo un buen negocio para las empresas del sector habida cuenta de que la totalidad de las que operaban en el país han firmado los nuevos contratos.
Circunstancia que, por otra parte, no es de extrañar dado que, frente a las excepcionales ganancias que estaban alcanzando esas empresas en Bolivia, lo que la nueva normativa viene a instaurar es una tasa de beneficios similar a la obtenida en otros países. Baste recordar que, como afirmaba ufano un directivo de una de estas compañías, mientras que en este sector se considera que la rentabilidad es buena cuando la relación entre beneficios e inversión es de tres a uno, en Bolivia esa relación era de diez a uno.
En definitiva, quiere decirse con ello que el margen de beneficios del que disfrutaban les permitía asumir recortes importantes sobre los mismos sin poner en riesgo su viabilidad. Tanto más cuando gran parte de las inversiones efectuadas se encuentran ya amortizadas, como reconocía el ministro brasileño de Hidrocarburos, y, por lo tanto, todos los ingresos obtenidos a partir de ese momento son ganancias líquidas. Es más, el propio director de Petrobras afirmaba que, aún bajo las nuevas condiciones, las ganancias para su compañía están garantizadas y esperan obtener una rentabilidad por encima del 15%, muy superior al coste del capital invertido.
Ello explica que, no sólo no se hayan ido sino que, además, hayan comprometido más de 3.500 millones de dólares en nuevas inversiones a ejecutar entre 2007 y 2010 y, de los cuales, 1.000 millones corresponden a Repsol-YPF, esto es, un monto similar a la inversión que actualmente habían realizado en el país. Curiosamente, esos 3.500 millones de dólares suponen una inversión superior a la que realizaron durante el periodo 1996-2004 cuando controlaban a voluntad los recursos.
El que no se consuela es porque no quiere.
De todo lo anterior se concluye que lo que ha ocurrido, simplemente, es que la situación del sector de los hidrocarburos en Bolivia se ha recompuesto y una gestión adecuada del mismo puede convertirse en la palanca que permita que ese país solucione definitivamente la situación de pobreza en la que vive la mayor parte de sus ciudadanos.
La gestión que del proceso de nacionalización ha realizado el ejecutivo boliviano, con el presidente Morales a la cabeza es, en este sentido, digna de admirar. De hecho, y por primera vez, ha concitado el elogio y la aprobación de hasta sus más acérrimos opositores políticos nacionales; algunos de ellos, paradójicamente, responsables y defensores del estado en el que se encontraba el sector y que ahora no dudan en reconocer que este proceso de nacionalización ha devuelto la dignidad al pueblo boliviano.
Una dignidad que se ha recuperado, para más inri, frente al poder de empresas como Repsol-YPF, cuyo capital social es varias veces superior al producto interior bruto boliviano.
Porque, ¿a cuento de qué ha venido tanto ruido durante estos 180 días cuando las opciones estaban tan claras? O se asumían las condiciones generales impuestas por el decreto de nacionalización, negociando lo más favorablemente posible los detalles del proceso, o se procedía a abandonar el negocio tratando de recuperar la inversión en los tribunales de arbitraje internacionales. No había más. Bueno sí, dos cosas muy evidentes: una, que una empresa de hidrocarburos sólo puede operar allí donde hay hidrocarburos; y dos, que el precio de éstos irá indudablemente en aumento conforme vayan agotándose sus reservas. Así que no es muy difícil imaginar que en la mente de los directivos de Repsol-YPF rondara la idea de que más valía un mal negocio que perderlo completamente.
Por otro lado, ¿por qué tanta alharaca para acabar afirmando, como lo hacía Brufau, que el nuevo contrato “tendrá poco impacto” en la empresa? ¿Es que eso no lo sabían cuando se publicó el decreto de nacionalización que han tenido que acabar aceptando?
Pero, además, ¿hasta dónde puede llegar la desfachatez cuando, tras esas declaraciones, afirma que, de tener algún impacto, éste “será positivo, porque permitirá inversiones con la seguridad jurídica necesaria”? Si el impacto iba a ser positivo, ¿por qué no aplaudieron alborozados cuando conocieron el contenido del decreto?
Y es que, en este mundo al revés, resulta que durante los años que las transnacionales han estado operando en el país bajo contratos inconstitucionales nunca les pareció que se desenvolvieran en un clima de inseguridad jurídica. Bastó con que la situación se quisiera regularizar por parte del nuevo gobierno para que, de repente, todo el mundo cuestionara la seguridad jurídica del país. Y, ahora, tras la firma de los nuevos contratos, resulta que esto era, finalmente, lo mejor que les podía haber ocurrido. No me negarán que no es paradójica la evolución de los acontecimientos y los discursos.
Frente a tanta insania, y terminando este artículo como lo empezaba, Bolivia acaba de demostrar al mundo globalizado que la soberanía nacional sigue existiendo y puede utilizarse para frenar el poder de los poderosos cuando se es capaz de jugar tan fuerte como ellos y con sus propias reglas. Y, que nadie se llame a engaño, eso no significa ser como ellos; sobre todo cuando, como Bolivia, se actúa desde la dignidad y con la legitimidad que otorga, no el poder del dinero, sino un pueblo que reclama algo tan simple como el derecho a no morir de hambre.
Alberto Montero Soler (amontero@uma.es) es profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga y colaborador habitual de Rebelión.
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